domingo, diciembre 18, 2005

Un bello recuerdo


















Mi padre, Angel Francisco Gatica Sepúlveda, aparece en una foto captada probablemente en 1922, en un estudio fotográfico de Chillán.


Hola amigos:
Cuando escribo estas líneas, faltan pocos días para la Navidad y vienen a mi recuerdo escenas de mi primera Nochebuena, en 1946, en Purén. Mi padre, Angel Francisco Gatica Sepúlveda, nos llevó, tomados de la mano, a mi hermano Jorge y a mí a la calle para ver llegar al Viejito Pascuero, que bajaba desde una estrella. Salimos a la noche, desde nuestro comedor iluminado por una lámpara a parafina, en forma de copa, en cuya cúpula tenía un largo tubo de cristal que alargaba la llama y le permitía alumbrar mejor la ancha pieza. Afuera, mi padre nos mostraba una estrella, de mayor magnitud, cuando mi madre salió a la puerta y nos anunció: Santa Claus acaba de llegar y les dejó dos lindos regalos. Entró por la puerta del patio. Vengan, vean, aquí están. En la mesa, sin papel de regalo, habían dos camioncitos de madera, pintados de rojo y azul. No se imaginan con qué alegría los recibimos. Tanta, que ni siquiera nos preocupamos de saber cómo el pascuero bajó en su trineo, sin que lo vieramos.
En mi casa no se celebraba la Nochebuena, pero el día 25 encontrabamos, siempre, algún juguete o una polera, bajo la almohada. Otra Navidad que recuerdo con especial agrado fue la de 1950, o 1951, si la memoria no me falla, demasiado. Mi padre nos regaló una suscripción de la revista Simbad, que adquirió en la librería de la señorita Blanca Reyes, una dama que todavía vive, según supe en mi último viaje a esa ciudad. Se trataba de una publicación infantil, tamaño bolsillo, que incluía cuentos, obras literarias condensadas y comics. Al recibir cada ejemplar, lo primero que hacíamos mi hermano y yo era ver las divertidas aventuras de Ponchito, un niño campesino que se vestía con una chupalla, manta y ojotas. A través de su lectura conocimos al ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, al príncipe Valiente, a Gil Blas de Santillana y tantos otros personajes de la literatura mundial.
En las dos últimas vísperas de Navidad, durante la diaria tertulia, mi padre nos recitaba un poema, que nunca he visto escrito. Desconozco quien es su autor. Se titula Las dos Pascuas y dice así:

Duerme el niño en sus nidales
entre cortinas y alfombras
y el viento canta en las sombras
una canción de cristal.
Cae un beso maternal
sobre su frente serena
y mientras arde la cena
y van los juegos llegando
la madre dice cantanto:
¡Esta noche es Nochebuena!
Llora el viento una canción
amargamente salobre
y tirita el niño pobre
tendido sobre un jergón.
La madrastra en un rincón,
mucha sombra, mucha pena
y una vihuela que suena
dice mientras cae el frío:
¡Para los pobres, Dios mío,
que mala es la Nochebuena!

Todavía guardo esas escenas nítidas en mi memoria, como si las hubiera vivido recién anoche. Pese a mi amusia congénita, tengo grabado el sonido de su voz, su emoción y realidad conque recitaba. La misma lámpara a parafina, de blanca porcelana y adornada con flores de violeta recostadas en su vientre lleno de parafina, iluminaba a medias, desde el centro de la mesa, en el comedor de otra casa, ubicada a orillas de la subida al cementerio municipal de Purén. Fue la última vez que tuve la suerte de vivir una Navidad con él, porque un fulminante derrame cerebral puso fin a sus días el 14 de mayo de 1954. Después todo cambió. Pero, esas fueron las primeras y, quizás, más hermosas navidades que viví en mucho tiempo.
Feliz Navidad, amigos. Que el espíritu navideño se convierta en un surtidor inagotable de alegría y bendiciones para todos ustedes, ahora y siempre, les desea este peregrino del recuerdo.

2 Comments:

At diciembre 19, 2005 9:28 a. m., Anonymous Anónimo said...

nochebuena, noche de recuerdos y nostalgias que invaden la memoria de quienes vivimos como peregrinos en esta vida.los recuerdos que nos evocan estas festividades son multiples y requieren de especial sentido, para con nuestras vidas, puesto que el real sentido no es el de consumir productos ni servicios en pos del nacimiento de Cristo. compartir y disfrutar de momentos con los seres que amamos y sentir junto a ellos cada momento de felicidad y alegria, y recordar a los que no estan con nosotros como para no olvidar todo lo que dieron y entregaron. feliz navidad don FRANCISCO GATICA!!!!.
de: PAULINA PARRA.

 
At diciembre 28, 2005 3:41 p. m., Blogger lil said...

Felices Fiestas.

Bonitos recuerdos los que expresas, aunque fuera la última navidad que pasaras junto a tu padre. Supongo que es una pequeña parte de todo lo que habita de él dentro de tu alma, atesorado en el tiempo.

Un saludo

 

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