martes, septiembre 26, 2006

Murió Juan Paulo I


Esta es la prueba de la portada del viernes 29 de septiembre de 1978, que informaba al mundo sobre la sorpresiva muerte del para Juan Paulo.I, arriba.

“Atención receptores:
Investigaremos, independientemente, un rumor que circula en Roma, de que el papa Juan Paulo I habría muerto”.
UPI. N.York
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Recuerdo nítidamente, como si todavía lo tuviera en mi mano, el aviso que recibí, esa madrugada, en el viejo Teletype 15, a través del cual se recibía el material periodístico de United Press International, una de las dos agencias de noticias de las que el diario El Sur era abonado. Era la 01.52 horas. Hacía pocos minutos, había terminado mi labor como editor nocturno y firmado la prueba de la primera página con que se cerraba la edición del 29 de septiembre de 1978.
Comenzaba a leer la larga tira de papel con las últimas informaciones, cuando a mitad de la línea, el carro se detuvo y el teletipo hizo tres interlíneas, algo que habitualmente precede a un flash o a un aviso, como sucedió entonces. Lo corté y corrí al primer piso del vetusto edificio de Freire 799. El regente – jefe del taller -, don Carlos Osorio, estaba junto a la mesa central. Lo puse en sus manos, lo leyó y me dijo:
- Se murió no más. ¿Que quiere que le haga yo?
- Quiero que la primera página siga en su proceso natural, mientras yo preparo la otra portada, si se confirma que el Papa falleció.
Don Carlos llamó, inmediatamente, al personal de talleres, linógrafos, compaginadores, tituleros y otros. Algunos se habían retirado, pero los que vivían más lejos esperaban en un local de pool, situado en Barros Arana, entre Aníbal Pinto y Colo Colo, que dieran las 3.00. A esa hora, el taxibús que los transportaba a sus hogares salía desde frente al diario. Aquella madrugada, todos trabajaron con la camiseta bien puesta, pese al cansancio natural que soportaban tras la agotadora jornada diaria. Gracias a todo ese equipo de personas, la cobertura de un acontecimiento extraordinario, por lo imprevisto de su ocurrencia puso realizarse con éxito.
Volví a mi oficina. El teletipo receptor de UPI permanecía en reposo. Ya eran las 02.03. Me esforcé para hacer funcionar el equipo Siemens, que recibía las informaciones de la Agence France Presse (AFP). Estaba deteriorado. Al lograrlo, salieron algunas palabras que sugerían la idea de que los trabajadores y transeúntes madrugadores leían consternados las pizarras de los diarios en Roma. Me confirmaba que el deceso se había producido, pero aún no tenía una información para despachar a talleres. Redacté el título “ MURIO JUAN PAULO I ”// 96 APL/altas. Entonces, UPI comenzó a transmitir la noticia al mundo.

La noticia en Concepción

Para localizarla, pedí a la mesa central que me comunicara con el arzobispado. A esa hora, cerca de las 2.30, nadie atendió el teléfono. Después hicimos un intento, también infructuoso, con el obispo auxiliar, padre René Inostroza. Cerca de las 3.00, logré establecer contacto con la parroquia San Ramón, donde una persona me atendió.
- Por favor, comuníqueme urgente con el padre Hugo Márquez Sabando.
- El lo atenderá mañana temprano.
- Dígale que el Papa murió.
- Si, pero eso ocurrió hace más de un mes.
- No. El papa Albino Luciani, falleció hace pocos momentos.
El sacerdote acudió al teléfono y, tras conocer la noticia en detalle, expresó su pesar por el deceso del Pontífice.
De acuerdo con la consigna “La región es nuestra” que El Sur tenía en ese tiempo, intenté comunicarme con el padre Francisco José Cox, obispo de la diócesis de Chillán. Mientras lo hacía, el operador de la Mesa Central me puso al teléfono a un sacerdote. Sin preguntarle quien era, le pedí una frase con su reacción sobre el triste suceso para agregarla a la edición que ya cerraba. Mientras me la dictaba, oí que las campanas tañían plañideras, en medio de la todavía oscura madrugada de Yumbel. Quien me había llamado era el padre Pedro Campos Menchaca. Un carabinero que escuchaba una radioemisora argentina lo había alertado hacía pocos minutos.
Ya eran las 03.50, aproximadamente. Don Carlos rehusaba recibirme nuevas informaciones, porque era muy tarde para componer más textos. En un diario, cada minuto de atraso tiene un costo elevado. A escondidas, logré que uno de los linógrafos me la aceptara y compusiera. Los compaginadores desarmaron la primera página que ya habían impreso en el cartón estereotipo, en relieve, para entregarlo a la fundición. Después de que seleccionara material eliminable, ellos abrieron espacio al texto relacionado con la muerte del Pontífice. Esta segunda portada alcanzó a la anterior en el proceso de fresado del cilindro, tarea que consiste en limpiar de esquirlas de metal las letras de los títulos y los lugares que saldrán en blanco en la página impresa.
El diario salió a la hora a la calle con la sorpresiva y lamentable noticia. Los lectores la recibieron con incredulidad. Muchas personas llamaron a la sección Reparto, ahora Distribución, y reclamaron, porque creyeron haber recibido un ejemplar antiguo, pues su antecesor, Paulo VI había muerto hacía sólo unas semanas. La Radio Bío-Bío era la única que tenía teletipo, pero lo desconectaba pocos minutos después de la medianoche y lo encendía sólo después de las 06.00. El otro matutino penquista, El Diario Color, no alcanzó a incluir la información. El Austral de Temuco sólo publicó un título a seis columnas, en portada. El Mercurio de Santiago, le dedicó texto.
A las 06.30 horas, después de preparar material especial para Crónica, que entonces era vespertino, me fui a casa leyendo el diario, con la profunda pena que me produjo la muerte de un hombre muy humilde que había alcanzado a reinar sólo 33 días. El papa Juan Paulo I falleció mientras dormía, víctima de un ataque cardiaco. Después de su elección, había establecido un ambiente de optimismo, porque se aprestaba a realizar profundas reformas dentro de la Iglesia Católica. Horas antes, había expresado su preocupación por la carrera armamentista que observaba entre Chile y Argentina, a raíz del diferendo del Beagle. El mundo lloró desconsolado al llamado, cariñosamente, “Papa de la sonrisa”

La fotografía muestra las dos portadas que se hicieron para el diario El Sur, en la madrugada del viernes 29 de septiembre de 1978. Sólo salió la que incluyó la información sobre la muerte del papa Juan Paulo I.


4 Comments:

At septiembre 26, 2006 6:36 p. m., Blogger Coralya said...

Los recuerdos me traen a su espacio y no me equivoco. Formidable son los que trabajan día a día informándonos de las noticias que suceden a través del mundo y más importante aún cuando su trabajo y el de todos los que estuvieron esa noche apoyándolo es tan sacrificada y valerosa. De verdad lo felicito y represento a muchos agradeciendo la entrega y dedicación que le puso cada día a su trabajo y profesión.
Cariños desde lejos,

Coralya

 
At octubre 01, 2006 3:52 p. m., Blogger Tomé al Día.Com said...

Muy interesante su nota del Papa Juan Paulo I. Aquí en el diario se han renovado muchas caras, pero a don "Pancho" Gatica nadie lo olvida. Espero que un día de estos nos visite para conversar un café. Le saluda afectuosamente, Nello Rolleri.

 
At octubre 01, 2006 6:46 p. m., Blogger Peregrino del recuerdo said...

Estimado Nello:

Muchas gracias por su grato comentario sobre mi despacho relacionado con la muerte del papa Juan Paulo I. Me ha alegrado muchísimo leerlo y saber que ustedes no me olvidan. Yo también les recuerdo cada día, con sincero afecto. Les leo a través de los cristales de la experiencia, con especial atención y legítimo orgullo de haber integrado ese equipo de excelentes periodistas. Les deseo un éxito creciente. Saludos. Un fuerte abrazo.

 
At octubre 13, 2006 12:44 a. m., Blogger Pía Bórquez said...

He leído su blog y me he parecido muy interesante , también quisiera felicitarlo por la linda familia que tiene.
Y sobretodo he querido pasar por aquí para agradecerle las lindas palabras de su comentario en mi blog.

Saludos.

 

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